El pasado 29 de agosto, la noticia del incendio en las plantas superiores de un edificio de viviendas de nueva construcción en el distrito madrileño de Hortaleza nos sobresaltaba a todos. Inevitable no pensar en esos momentos en incendios anteriores de edificios de gran altura, como la Torre Windsor de Madrid o el trágico fuego de la Torre Greenfell en Londres, que acabó con la vida de decenas de personas.

En la Torre Greenfell de Londres, las conclusiones de la investigación determinaron que el incendio lo desencadenó un frigorífico defectuoso situado en el piso 16, que rápidamente se propagó por la fachada de composite de aluminio, que a su vez no cumplía las exigencias de seguridad contra incendios. Para colmo de desastres, los bomberos retrasaron la orden de evacuar el bloque de viviendas, ordenando a los residentes que permanecieran en sus viviendas. El resultado fue una tragedia: 72 personas fallecidas, entre ellas una mujer española.

Del incendio del edificio de viviendas de Madrid, aún se sabe poco o nada, pero lo fundamental es que no ha producido víctimas. Por la publicación en los medios de comunicación se sospecha que el origen pudo estar en una barbacoa, propagándose desde ahí por la fachada, a simple vista también de composite de aluminio, a los pisos superiores. Aunque la alarma de incendios estaba desconectada, el resto de sistemas de seguridad de la torre funcionaron perfectamente. La compartimentación mantuvo las escaleras y rellanos libres de humo y la evacuación pudo realizarse rápidamente.

 

Los materiales de fachadas nunca serán la causa del incendio

Es evidente que las imágenes de edificios en llamas siempre van a atraer nuestra atención. La información generalmente queda en el suceso, sin que posteriormente se expliquen los resultados de las investigaciones, quedando en nuestro subconsciente la imagen de un revestimiento totalmente carbonizado. Sin embargo, los materiales de las fachadas son únicamente una pieza más del enorme rompecabezas de un fuego. Y lo importante es saber que los revestimientos de fachadas no pueden ser nunca la causa de un incendio.

En materia de seguridad contra incendios, los edificios tienen que cumplir estrictas regulaciones conforme al Código Técnico de la Edificación (CTE). Éste, entre otros muchos aspectos, regula el comportamiento de reacción al fuego exigible a todos los materiales que se instalan en las fachadas para evitar la propagación exterior del fuego en caso de incendios, en función de la altura de la edificación, incluyendo barreras cortafuegos resistentes a las llamas para que, en caso de incendio, queden separados sectores de incendios.

Por otro lado, cada material, producto o sistema destinado a ser instalado en una fachada debe cumplir la evaluación de reacción al fuego de la norma de clasificación UNE-EN 13501-1. La clasificación de los materiales se obtiene ante un escenario de flashover, es decir, de combustión súbita generalizada en la que todas las superficies comienzan a arder.

Y por último, para medir el comportamiento de estos materiales en situaciones reales, se realizan ensayos a gran escala en los que se reproduce fielmente una fachada construida y se la somete a una situación de incendio, no solo para medir la propagación del fuego, sino para comprobar su comportamiento mecánico en caso de incendio y así evitar delaminación, colapso, etc…

Dicho esto, y siendo conscientes de que el fuego es un fenómeno muy complejo, hay que insistir en que los materiales de las fachadas no son la causa de los incendios y que si una fachada acaba incendiándose suele ser porque: 1) el incendio se propague desde un edificio colindante; 2) el incendio se produzca fuera del edificio, alcanzando las llamas al revestimiento de la fachada; y 3) el incendio se origine dentro del edificio en un punto inicial que, por distintos factores, desencadene un flashover o fuego generalizado.

Este último es el caso más habitual, pero en cualquiera de ellos, dada la provisión infinita de oxígeno, factores climatológicos como el viento y la verticalidad de la fachada, el incendio puede propagarse por su superficie aún cuando los productos de revestimiento tengan las mejores prestaciones de reacción frente al fuego. Cuando la carga de fuego es tan grande que alcanza las condiciones de flashover, la temperatura es tal –entre 480 y 650º– que la acción del incendio lo alcanzará todo. Los incendios pueden propagarse por fachada en cualquier tipología de construcción, incluso en la tradicional de ladrillos, por las ventanas. Las medidas de seguridad, por tanto, deben dirigirse a la prevención de incendios.

 

Detectores de humos

Según los datos de la Asociación Profesional de Técnicos de Bomberos (APTB), cada vez se producen menos incendios en viviendas. El número de víctimas ha bajado de las 351 personas fallecidas en 1980 a las 123 en 2018 y eso en parte es fruto de las muchas medidas de seguridad contra incendio y la altísima cualificación de los materiales utilizados en construcción y rehabilitación de edificios. Pero 123 son aún muchas víctimas y la mayor parte de ellas se producen entre noviembre y marzo, es decir, en los meses de invierno, cuando más necesidad de generar calor se produce en las viviendas. Estufas y braseros cerca de muebles, cortinas y otros textiles son un auténtico peligro.

La solución más rápida y efectiva que proponen Bomberos son los detectores de humo. Sencillos y baratos, son capaces de detectar un nivel anormal de humo en el ambiente, emitiendo una señal acústica que advierte del posible peligro con el tiempo suficiente para poder contener el fuego o salir a tiempo de la vivienda. Su sonido es lo suficientemente fuerte para despertar a personas dormidas, pues de hecho ese su objetivo, dado que los incendios más peligrosos se generan por la noche.

Desde MEKA 3 nos sumamos a la recomendación de Bomberos de instalar detectores de humo. Pero no queremos terminar sin recordar lo importante que es continuar trabajando en la mayor eficiencia energética de los edificios. A mayor eficiencia, menor dependencia de productos de calor o equipos de calefacción que puedan desencadenar un incendio.

Si te interesa este tema y quieres ampliar información sobre fachadas e incendios, ANDIMAT (Asociación Nacional de Fabricantes de Materiales Aislantes) publicó esta pasada primavera una interesante guía sobre el papel que juegan las fachadas en la seguridad contra incendios en edificación. Puedes acceder a ella en elblogdelaseguridadcontraincendios.es