Obra del arquitecto Toyo Ito y del estudio b720 Fermín Vázquez Arquitectos, el Hotel Porta Fira es parte del conjunto de las Torres Porta Fira, dos edificios diferentes en cuanto a formas, pero simbólicamente inseparables. Un hito en L’Hospitalet del Llobregat que ha cambiado el skyline de Barcelona y forma parte ya del capítulo de fachadas especiales en la Historia de la Arquitectura. Una fachada en la que todo es apariencia. Hoy te contamos los secretos de la “falsa” fachada del Hotel Porta Fira.

Es uno de los rascacielos más famosos del mundo y, de hecho, en 2010 se hizo con el Emporis Skyscraper Award, compitiendo con más de 300 edificios. La torre del hotel mide más de 100 metros de altura, tiene 26 plantas y una superficie total de prácticamente 35.000 m2, que dan cabida a 344 habitaciones, más hall, una gran zona de banquetes, salas para reuniones y congresos y zonas de servicios. Pero no son sus características como hotel lo que más impresionan, sino su fachada exterior de intenso color rojo, con sus sinuosas formas curvas que giran hacia arriba y se expanden en la parte superior, intentando hacernos recordar a una inmensa flor de loto.

A esta maravilla estética se logró darle vida a base de tubos de aluminio rojo que, a modo se segunda piel, se sujetan sobre la fachada real del edificio. Es lo que en arquitectura se denomina doble piel o falsa fachada, cuyo objetivo es aportarle una componente expresiva, es decir, una imagen determinada, al edificio. Y, a lo sumo, algo de sombra.

Las dos pieles del Hotel Porta Fira

Dada la dificultad geométrica del edificio, la fachada está dividida en dos pieles fantásticamente logradas. La interior es un cerramiento estanco consistente en fachada ligera de muro cortina con paneles de aluminio y cristal que garantiza los requerimientos acústicos, térmicos y de estanqueidad de cualquier otra fachada convencional. La construcción es absolutamente regular, dando siempre verticales que quedan invisibles a la vista, siendo la segunda piel, la de tubos de aluminio, la que aporta textura y geometría variable a la torre.

La piel exterior o falsa fachada se compone de tubos de aluminio lacado en rojo de 100 mm. de diámetro. La escala del edificio hace que la sucesión de tubos se aprecie como una superficie continua, sin juntas aparentes, dándole una impresionante continuidad formal que impide apreciar a primera vista la complejidad real de la sujeción de los tubos.

Para empezar, en el borde de los forjados se dispuso de anclajes tipo muro cortina. A continuación, una especie de travesaños corridos horizontales perimetraban la fachada dibujando las curvas finales del edificio. Y sobre estos travesaños de acero, se atornillaban finalmente las piezas necesarias para sujetar los tubos de aluminio. Pero los tubos se interrumpen en las ventanas, donde vuelven a colocarse travesaños parciales superiores e inferiores para anclar los tubos correspondientes, que a su vez están anclados al muro soporte. Se consigue así el efecto de rotación, traslación y crecimiento a medida que se sube en altura. La torre queda así dividida en tres tercios. Las dos primeras partes inferiores solo rotan, pero la tercera y superior se deforma aumentando la superficie y el perímetro de la torre, algo que se logra “simplemente” separando los tubos de la fachada, es decir, colocando los travesaños de soporte más separados de la envolvente.

El edificio de oficinas

La percepción de torsión y traslación generada por el Hotel Porta Fira se complementa y tiene respuesta en la segunda torre de oficinas. Se trata de un volumen a primera vista puro, provisto de un muro cortina de vidrio ligeramente retranqueteado respecto al forjado, pero cuyo núcleo vertical rojo, situado en el lateral de la planta, se convierte en reflejo de la torre hotel. Entre ambas torres y, conectándolas, se erige un atrio común. Un gran zócalo une ambas torres y multiplica el efecto de las mismas por el impacto de su estructura.

Su singular aspecto, junto con sus 110 metros de altura y los más de 80.000 m2 de superficie total construida de ambas torres, convirtió a las Torres Porta Fira en uno de los nuevos grandes hitos de la arquitectura mundial, un nuevo icono de referencia con la firma estelar de Toyo Ito, que no deja de atraer visitante a la Ciudad Condal.