A cierre del primer semestre de 2023, el sector de la construcción reveló dos datos cruciales. Por un lado, en el ámbito de la obra nueva, la superficie visada, tanto residencial como no residencial, registró un descenso del 4,2% con respecto a 2022, lo que unido al descenso de años anteriores supone ya un retroceso del 10,1% en el último lustro. Por otro lado, la rehabilitación residencial y no residencial experimentó un incremento del 7,1%, sumando un crecimiento del 41,9% respecto a 2019.

La combinación de ambos datos supone que la construcción se mantiene en los niveles de 2022, impulsada por el mejor comportamiento del sector de la rehabilitación. Sin embargo, es importante destacar que la tasa de rehabilitación del parque residencial español sigue siendo muy baja y está aún muy lejos de alcanzar los objetivos de descarbonización establecidos por Europa para 2030 y 2050. Y más, si se tiene en cuenta la nueva directiva de la UE con la que se pretende exigir que, para 2033, todas las viviendas cuenten con un Certificado de Eficiencia Energética igual o superior a la letra D.

El desafío del mantenimiento y conservación de las viviendas

A finales de julio y a tenor de estos datos, la presidenta del Consejo Superior de los Colegios de Arquitectos de España (CSCAE), Marta Vall-llossera se lamentaba de que la rehabilitación no esté dando respuesta, de forma óptima, “a las necesidades de una población que tiene hábitos culturales muy distintos a los de las generaciones anteriores y que, cada vez, reclama más mejoras de la accesibilidad, funcionalidad y eficiencia energética de sus viviendas”. Vall-llossera pedía “agilidad a las administraciones públicas en las convocatorias y resoluciones de los fondos europeos Next Generation y unidad de acción al conjunto de los agentes del sector de la edificación para apostar por la rehabilitación integral de nuestras viviendas y lograr que España alcance los objetivos comprometidos con Europa mediante una transformación profunda del parque edificado”.

Y en los mismos términos se pronunciaba hace apenas unos días Pablo Martín, director de la Asociación Española de Fabricantes de Fachadas Ligeras y Ventanas (ASEFAVE), tras recordar que las viviendas españolas constituyen un parque inmobiliario envejecido que no cuenta con soluciones de aislamiento adecuadas para hacer frente de forma eficaz a las altas temperaturas y episodios de clima extremos como los que estamos viviendo este verano 2023: “resulta crucial realizar actuaciones de mejora en la envolvente térmica de los edificios, actuaciones que están designadas por el Plan de Transformación, Recuperación y Resiliencia como vitales y cuya gestión de los fondos está atascada y paralizada, por lo que los usuarios finales no están teniendo acceso a estas ayudas”.

La rentabilidad de la rehabilitación

La rehabilitación de la envolvente térmica de un edificio o vivienda, que incluye la instalación de fachada ventilada, aislamiento de la cubierta y renovación de ventanas, permite acceder a las ayudas a la rehabilitación de los fondos Next Generation. Esto puede representar la recuperación de entre el 46% y el 88% de la inversión realizada en la rehabilitación, dependiendo de la zona o comunidad autónoma y del alcance de la reforma.

Además, y gracias a la propia rehabilitación, se reduce la dependencia de energías y combustibles en los edificios y viviendas, generando ahorros energéticos significativos para sus habitantes (promedio del 64% en la demanda de calefacción y refrigeración, con mejoras máximas del 82% en el norte de España y mínimas del 40% en el centro, para viviendas construidas en los años 80).

Y por si esto fuera poco, la rehabilitación también aumenta el valor de las viviendas.

Fachadas ventiladas: confort y eficiencia en la rehabilitación

Como ya hemos explicado en numerosas ocasiones en este blog, la función primordial de la fachada ventilada es –mucho más allá de estética, que también–, actuar como barrera que regula la transferencia de calor entre el interior y el exterior de un edificio. En épocas de altas temperaturas, el objetivo es mantener el interior fresco, mientras que en invierno se busca conservar el calor interior, mejorando el confort de sus ocupantes.

La elección de los materiales para la fachada ventilada depende de diversos factores, incluido el presupuesto, las condiciones climáticas, los normas de construcción locales y los objetivos de eficiencia energética del propio proyecto de rehabilitación. Y en Meka3, basándonos en nuestra experiencia en el corte y mecanizado de materiales, garantizamos que todos cumplen con los estándares de calidad, funcionalidad y diseño arquitectónico necesarios para proporcionar el aislamiento térmico y la eficiencia energética requeridos, siendo la elección idónea para edificios residenciales de alta calidad.

Para todos aquellos que estéis interesados en rehabilitar, os recordamos que en la web comorehabilitoayudas.es de ASEFAVE podéis consultar todas las convocatorias de ayudas para la rehabilitación en cada una de las comunidades autónomas, así como toda la información y requisitos para solicitarlas, además de las desgravaciones fiscales de las que es posible beneficiarse por obras de rehabilitación energética.