Por su durabilidad, higiene y funcionalidad; por su capacidad de adoptar colores, texturas y formas; por sus múltiples aplicaciones, exteriores e interiores, sin poner límite a la creatividad… Arquitectos e interioristas han caído rendidos ante este camaleónico material que vamos a encontrarnos siempre allá dónde vayamos y miremos: oficinas, hoteles, clínicas, restaurantes, cocinas, baños, mobiliario, menaje… Hoy te explicamos qué es el Solid Surface.
La próxima vez que visites un McDonald’s concéntrate en algo más que el menú de hamburguesas. Desde las mesas y asientos de las zonas de comedor, los baños incluyendo sus divisiones, los mostradores, hasta las zonas de trabajo de los empleados tienen una característica común: todos ellos están fabricados con Solid Surface. Este establecimiento de comida rápida es el ejemplo perfecto para mostrar hasta qué punto el Solid Surface se ha incorporado a nuestras vidas gracias a su prácticamente ilimitada funcionalidad y versatibilidad, sin sacrificar el diseño y dando rienda suelta a la imaginación de arquitectos y decoradores.
El Solid Surface es una combinación de materiales naturales y sintéticos. El primer ingrediente principal (unos 2/3 del producto) o “relleno” es ATH (alúmina trihidratada), un mineral natural que se refina a partir de bauxita, que es una forma de arcilla. Es lo suficientemente duro para ser resistente a los impactos y tan suave y flexible, que se le puede dar prácticamente cualquier tipo de forma.
El segundo ingrediente principal o “aglutinante” (más o menos 1/3 del producto) son resinas acrílicas y/o poliéster. Las resinas acrílicas tienen la propiedad de ser termoformables, es decir, que al calentarse se les pueda dar forma; el poliéster se utiliza por su alta resistencia.
Finalmente, el Solid Surface contiene aditivos para mejorar sus propiedades de rendimiento y colorantes para obtener el color deseado.
Pero la magia del Solid Surface no radica en lo que es, si no en sus propiedades:
Arquitectos e interioristas han logrado darle una vida al Solid Surface que, sin duda, no imaginaron ni los químicos que desarrollaron este polifacético material.
En origen, el Solid Surface se creó como solución de mobiliario de equipamiento para cocinas y baños (encimeras, lavabos, platos de ducha, etc…). Pero una vez comprendidas sus características y las posibilidades de diseño, arquitectos y decoradores han conseguido darle una nueva dimensión de uso a este material incorporándolo como solución estética y funcional en sus trabajos horizontales y verticales.
Por su resistencia y excepcional durabilidad, incluso al aire libre y expuesto a los rayos UV, el Solid Surface se usa en exteriores como marquesinas de autobuses, bancos de descanso, fachadas de tiendas e, incluso, en grandes superficies arquitectónicas como fachadas completas de edificios.
En interiores, el Solid Surface es un revestimiento idóneo de paredes e, incluso, como pavimento en áreas de bajo tránsito. Pero donde Solid Surface despliega toda su magia es en todo tipo de espacios públicos y, más si cabo, a los estrechamente vinculados a la salud, la higiene y la alimentación: restaurantes, centros clínicos y hospitalarios, estaciones de tren y aeropuertos, hoteles aseos públicos de establecimientos comerciales, etc…).