Jean Prouvé revolucionó el diseño y la arquitectura, llegando a firmar algunos de los edificios más famosos del diseño industrial del siglo XX. Buscaba la mayor eficiencia entre los materiales, siendo el padre de la primera fachada ventilada de aluminio, pionera de las actuales de panel composite de aluminio. En colaboración con el centro Pompidou de París, CaixaForum Madrid repasa su emblemática obra en la exposición “El universo de Jean Prouvé”. Una retrospectiva que no hemos querido perdernos en Meka3.

Dijo de él Le Corbusier en 1954, “Jean Prouvé expresa de manera singularmente armoniosa el tipo de constructor que la ley aún no acepta, pero que la época en que vivimos reclama”. Su influyente obra abarca desde la arquitectura hasta el mobiliario. Herrero de profesión, desde la forja artesanal evolucionó hasta el más alto diseño y tecnificación, revolucionando el mundo de la construcción con el acero y el aluminio y apostando por materiales prefabricados para su posterior montaje en obra. A Prouvé se le debe la primera fachada ventilada con “chapa” exterior de aluminio, material que escogió por su ligereza, capacidad de corte y manipulado, su resistencia a la intemperie y su impermeabilidad al agua, inspirándose en el fuselaje de aviones usados durante la II Guerra Mundial.

Su primera obra de renombre, la Casa del Pueblo de Clichy (1935-1938) es un hito de la arquitectura mundial por tratarse del primer edificio prefabricado con muro cortina y estructura metálica en Francia, contando con particiones correderas, suelos desmontables y una cubierta movediza. Pero su gran obra, la que continúa causándonos admiración a todos es, sin duda alguna, la fachada principal del edificio de viviendas de Plaza Mozart (París, 1954). Sus paneles de ventanas verticales correderas y sus puertas de aluminio que pueden empujarse hacia fuera como un toldo, son como una elegante pieza de ensamblaje. Por primera vez en la arquitectura, el aluminio hace de antepecho, contraventana y parasol en una la fachada.

Del aluminio al panel composite, a través del universo de Jean Prouvé

De las primeras fachadas ligeras de aluminio al panel composite

Puede que llame la atención a los profanos en la materia tanta admiración por Jean Prouvé, pero en un momento en que la arquitectura mundial vivía obnubilada por las fachadas de muro cortina, enteramente de vidrio, el maestro francés optó por experimentar con planchas de aluminio, que se cortaban y mecanizaban en fábrica y se colocaban en obra: abaratando considerablemente los costes –de ahí su extendida aplicación en vivienda social durante décadas–; dotando a las fachadas de propiedades de seguridad, resistencia, durabilidad y una eficiencia energética hoy revolucionaria; y abriendo las puertas a la experimentación y desarrollo con nuevos materiales de la construcción, corte y manipulado. En definitiva, si hoy disponemos de panel composite, fenólico HPL, aluminio honeycomb o solid surface, o existen empresas como Meka3, especialistas en soluciones de mecanizado, es gracias a la fantasía y valentía de Jean Prouvé.

Coetánea al residencial de Plaza Mozart de París de Prouvé fue la fachada de la antigua sede de ALCOA en Pittsburg, obra de Harrison y Abramovitz, una piel configurada por paneles de chapa de aluminio que incorporaban ventanas. En España, en 1969, se construye un edificio de oficinas con fachada de aluminio, obra de Vázquez de Castro, en la calle Cedaceros, 11 (Madrid), cuyo corte, manipulado y acabado recuerda la estética de la sede de ALCOA. Es por esas fechas, primeros años de la década de los setenta del siglo pasado cuando, para asegurar mayor planeidad del revestimiento, reduciendo materia prima y costes, aparecen los primeros paneles de composite, creados por ALUCOBOND. A España no llegaron hasta 1989: la primera fachada ventilada de panel composite de aluminio fue el Edificio Piovera Azul (Peonías, 12. Madrid). Hoy el panel composite goza de una implantación generalizada y, pese a la aparición de nuevos materiales, continúa siendo el producto de mayor producción y uso entre los utilizados en recubrimiento de fachadas.

Del aluminio al panel composite, a través del universo de Jean Prouvé

Panel composite de aluminio

El panel composite de aluminio se compone de dos láminas de aluminio lacadas unidas por un núcleo de resinas termoplásticas. Porque el aluminio puro, sin tratar, es un material blando, cuya resistencia es insuficiente para ser aplicado en arquitectura. Si su principal característica es su ligereza, tiene que ser reforzado mediante mecanismos “de endurecimiento” para mejorar su comportamiento mecánico y evitar deformaciones. Expuesto a la intemperie, el aluminio se corroe y desarrolla una pequeña capa de óxido de aluminio, por lo que las chapas exteriores se lacan en continuo con revistimiento orgánico de fluoruro de polivinilideno. El núcleo de resinas termoplásticas es un polietileno de baja densidad ligero, de bajo coste, prácticamente impermeable, resistente al fuego, con posibilidad de pigmentación –de ahí la cantidad de colores y acabados del panel composite– y muy fácilmente manipulable en operaciones de corte, fresado, perforación, etc…

En el sector de la construcción siempre ha existido tensión entre la reticencia a la innovación que, por desconocimiento, desanima a proyectistas y directores de obra, y la constante innovación de los fabricantes de materiales conforme a las demandas de las actuales sociedades avanzadas. En esta pugna, afortunadamente, han aparecido personas que primero se calificaron de “locas” y, con el paso del tiempo, de “pioneras”. Una de estas personas fue Jean Prouvé. Y este artículo de hoy, es nuestro agradecimiento y homenaje desde Meka3.

Si vives en Madrid, no dejes de visitar su exposición en CaixaForum. Va a encantarte.