Una EPD o DAP es una Declaración Ambiental de Producto (DAP por sus siglas en castellano, EPD –Environmental Product Declarations– por sus siglas en inglés), un informe sobre el desempeño ambiental de un material de construcción a lo largo de todo su ciclo de vida. Por lo general, tiene en cuenta toda su cadena de valor, desde el proceso de extracción de las materias primas, su transporte a planta de fabricación, todo el proceso de manufactura, su manipulación e instalación y toda su etapa de uso hasta el final de su vida útil.

Disponer de una EPD o DAP no entraña que un material sea ambientalmente superior a otro de similares características, es simplemente una declaración transparente del impacto ambiental de ese producto. Las EPDs o DAPs se elaboran conforme a la norma internacional ISO 14025 y la europea EN 15804, que definen los requisitos que deben cumplir estas declaraciones ambientales, incluyendo la verificación/certificación de tercera parte.

Estas declaraciones ambientales proporcionan un perfil ambiental fiable, relevante, transparente, comparable y verificable que permite destacar un producto respetuoso con el medio ambiente, conforme a normas internacionales y datos ambientales cuantificados. El análisis del ciclo de vida en que se basan las EPD o DAP debe realizarse a su vez de acuerdo a la normativa UNE EN ISO 14040 y 14044, así como a las reglas de categoría de producto (RCP) publicadas como norma técnica. Estas RCD aseguran así unos criterios coherentes para una familia de productos con funciones equivalentes.

Contenido básico de una Declaración Ambiental de Producto según ISO 14025

  • Organización/empresa/fabricante que redacta el EPD.
  • Descripción del producto.
  • Programa en que se ha verificado el EPD. Código de registro en el programa, fecha de publicación y periodo de validez.
  • Reglas de categoría de producto.
  • Etapas tenidas en cuenta en el análisis del ciclo de vida (ACV) –en inglés Life Cycle Assesment (LCA)– y datos obtenidos.
  • Inventario de análisis de ciclo de vida y datos obtenidos.
  • Módulos de información.
  • Datos de consumos de recursos, incluso energía, agua y recursos renovables.
  • Datos de residuos vertidos. Tanto de emisiones contaminantes a la atmósfera, como de residuos vertidos al agua y al suelo.
  • Resultados del análisis del impacto del ciclo de vida.
  • Otros datos relevantes como, por ejemplo, cantidades y tipos de residuos generados.

¿Para qué le sirve a los fabricantes de materiales disponer de una EPD?

  • Para identificar los procesos de mayor impacto ambiental antes, durante y después de la fabricación de sus materiales de construcción.
  • Conocer y llevar a cabo mejoras en sus procesos de cara a disminuir su huella de carbono.
  • Demostrar la transparencia y mejora de sus productos.
  • Mejorar su imagen corporativa y diferenciarse de la competencia.
  • Aportar a proyectos que buscan certificación LEED y/o BREEAM. De hecho las EPD o DAP tienen doble beneficio de cara a LEED. De primeras, porque aportar la EPD “puntúa” en LEED en materia de transparencia, independientemente de los resultados de impacto ambiental. De segundas, porque LEED “premia” los proyectos en los que se usan EPDs mejoradas, es decir, cuando el fabricante demuestra mediante declaración ambiental que una versión nueva de su producto ha reducido su impacto ambiental respecto a la versión anterior.
  • Como valoración positiva en las licitaciones de contratación pública y privada. Si bien el Código Técnico de Edificación (CTE) no obliga a analizar las emisiones de los materiales, estas certificaciones ambientales son muy valoradas en Leed, Breeam, Passivhau o Verde, de modo que cada vez se tiene más en cuenta que los materiales tengan certificación de gestión ambiental.

En España existen dos certificadores EPD

  • El Programa GlobalEPD de AENOR. De hecho AENOR es uno de los fundadores de ECO Platform, responsable de las declaraciones ambientales en Europa y que emite el sello ECO Platform EPD EN 15804 VERIFIED, con acuerdos de reconocimiento mutuo en el resto de países operadores del programa. Este programa se creó para armonizar criterios medioambientales y facilitar la libre circulación de materiales de construcción en Europa.
  • El Programa DAPcons del Colegio de Aparejadores de Barcelona, otro de los miembros fundadores de ECO Platform con acreditación para emitir el sello ECO Platform EPD EN 15804 VERIFIED.

Las certificaciones emitidas por ambos certificadores se encuentran en el Registro General de Certificaciones medioambientales del análisis del ciclo de vida incluido dentro de la página oficial del Código Técnico de la Edificación, de momento, solo para los productos largos de acero y el cemento. Como decíamos anteriormente, las declaraciones ambientales de producto AÚN no son obligatorias. Y destacamos con mayúsculas el “aún” porque, dentro del llamado Pacto Verde Europeo, sí se citan como nuevas obligaciones en próximas actualizaciones del CTE de cara al cumplimiento de los objetivos de reducción de emisiones 2030 y 2050.

Como explicar habitualmente el profesor Benito Lauret Aguirre, director del Máster de Fachadas de la UPM, esta futura obligación se sustenta en que el actual CTE solo contempla las emisiones de CO2 en cuanto a la vida útil de los edificios: “Las emisiones de CO2 se producen por construcción (embodied carbon) y vida útil (operational carbon). Contemplando solo las segundas, descartando el carbono incorporado de los materiales, no se podrá hablar nunca de edificios cero energía”.

Lo que explica del profesor Lauret, unido al enorme compromiso por la eficiencia energética existente en el sector, el requisito de cada vez mayor sostenibilidad como criterio de compra y contratación y la valoración de cara a obtener certificaciones como Leed o Breeam, es el motivo de por qué no para de crecer el número de fabricantes de materiales que apuestan por la declaración ambiental de sus productos. Y lo que explica, asimismo, la considerable y continua innovación en materia de materiales constructivos. Mejorar sus EPDs o DAPs no es ya un reto, sino prácticamente una obligación en la que, durante la última década, se han dado paso de gigantes hacia los biomateriales o ecomateriales. Pero esto es ya otra historia. Hasta pronto, amigos.