Hasta la Organización Mundial de la Salud (OMS) ha reconocido que vamos a encontrarnos con un problema en la desescalada. Progresiva o por fases, dependiendo del país, se van reabriendo terrazas, restaurantes, comercios, museos, teatros, cines… Con menos público para mantener la distancia de seguridad… Pero, ¿y si necesitamos utilizar los aseos públicos?

 

Los aseos públicos son muy deficientes de cara a prevenir contagios

La OMS ha recomendado cerrar grifos de lavabos con una toallita de papel después de lavarse las manos. No ha especificado qué hacer para tirar de la cadena y bajar tapa del inodoro, aunque por sentido común se deduce que lo mismo. Toallita de papel también para abrir y cerrar puertas, incluso, para dar la luz… Uff, los aseos públicos convencionales no pivotan bien con la nueva normalidad. Son muy deficientes, reconoce la OMS. Así que, si en algún momento habías pensado en reformarlos antes de que se decretase la pandemia, no dudes de que ahora, de cara a la nueva normalidad, es el momento.

Los Centros para el Control y Prevención de Enfermedades (CDC) sugieren –paso previo a recomendar y más tarde, ordenar–, que los códigos de construcción empiecen a incluir medidas de control de enfermedades y contagios. Peter Collignon, profesor de Enfermedades Contagiosas y Microbiología en la Universidad Nacional de Australia, explicaba la semana pasada en el periódico The Guardian que, al tiempo que se relajan las medidas de confinamiento, es urgente repensar el diseño de los espacios públicos y especialmente las zonas sanitarias: aseos e, incluso, vestuarios.

 

Domótica para evitar contacto manual y materiales como el tablero compacto fenólico (HPL)

Entre las innovaciones sugeridas, The Guardian destacaba todo tipo de domótica que evite el contacto manual: puertas sin pomos o manillas, luces automáticas, inodoros autolimpiables, grifería que se activa mediante sensores. A nivel internacional, la venta de estas tecnologías se ha disparado un 2000% en las últimas cuatro semanas. Y entre los materiales se imponen las cabinas sanitarias de tableros compactos fenólicos (HPL), una solución funcional e higiénica, al tiempo que decorativa, en creciente demanda en los últimos años, y que terminará por imponerse en esta nueva normalidad pos-Covid.

Los tableros compactos fenólicos son planchas fabricadas a base de fibras naturales tratadas con resinas fenólicas que se prensan a altas temperaturas, sufriendo una transformación físico-química irreversible. Tienen un acabado con dos caras exteriores que permiten acabados decorativos, tanto en color como en texturas, con un fantástico mecanizado capaz modularlos al gusto en forma y medidas.

Coronavirus: los aseos públicos en la nueva normalidad pos-Covid-19

Ventajas de las cabinas sanitarias de tableros compactos fenólicos (HPL)

Su durabilidad –su ciclo de vida supera los 20 años–, resistencia al rayado y golpes, así como al agua, vapor y todo tipo de humedad, ha hecho de los tableros compactos fenólicos el material más usado en gimnasios, centros educativos y todo tipo de aseos públicos como cabinas sanitarias, taquillas y bancos de vestuarios o encimeras de lavabos. Su mantenimiento y limpieza, comparados con otros tipos de materiales, son muy fácil porque, al tratarse de un material no poroso, tiene altas propiedades higiénicas y antibactericidas –de hecho es lo que explica que sea el material más usado en laboratorios –. Por si eso fuera poco, se desinfecta de forma rápida y sencilla pasando una bayeta impregnada en solución hidroalcohólica.

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