La crisis del coronavirus está revolucionando nuestros conceptos de casa, espacios y decoración. El “open-space” ha resurgido con fuerza en el sector del interiorismo ante la necesidad de sentir amplitud en los mismos metros cuadrados. Alargar el salón hasta la cocina se está convirtiendo en la reforma estrella de 2020. Y seguirá dando mucho de qué hablar en 2021. El elemento decorativo por excelencia de esta transformación, la isla. El color, el blanco. Y respecto a los materiales, a las propiedades de resistencia y durabilidad, se suman ahora las de fácil limpieza y antibacterianas. El Solid Surface pisa fuerte y se convierte en el material de moda en las cocinas abiertas al salón con isla.

Nada de esto está sorprendiendo a los interioristas. De hecho todos los especialistas en diseño y renovación del hogar ya anunciaban que nuestra percepción de “casa” no volvería a ser igual tras la crisis del coronavirus. La necesidad más evidente que se ha detectado es la falta de amplitud. Al pasar tantas horas en casa, nuestra vivienda se nos ha quedado pequeña. Pero no tanto a nivel de tamaño determinado por sus metros cuadrados, sino por la compartimentación excesiva de su espacio. La prueba está en que, en la compra/venta de vivienda, el número de habitaciones está pasando a ser secundario. La demanda principal en la actualidad es de viviendas espaciosas con un marcado concepto de usos polivalentes en el que domina el “open-space”.

 

La estrella del open-space: cocinas abiertas al salón

Y dentro del “open-space”, la estrella es alargar el salón hasta la cocina, convirtiendo dos de las estancias principales de la casa en el núcleo del hogar, un único espacio absolutamente versátil para disfrutar, socializar e, incluso, teletrabajar. Al crecer abriéndose paso al salón, la cocina suma ya metros visuales y genera esa demandada sensación de amplitud. Y en muchos casos permite cumplir el sueño tantas veces visto en todas las películas americanas: disponer de una isla que, además de funcional, haga de nexo de unión entre los dos espacios.

Como su propio nombre indica, una isla es un elemento que no toca por ninguno de los lados con otro mueble o pared. Forma parte de los muebles bajos de cocina y puede incorporar zonas de trabajo (cocción o lavado) o ser simplemente un espacio de almacén y superficie de apoyo. La mayoría de ellas incluyen barras de cocina, prolongando la encimera, de manera que los taburetes queden recogidos, integrándose en la isla.

 

Bajan puntos las encimeras de piedra natural y suben al pódium las de Solid Surface

Alargado el salón hasta la cocina, esta última acaba integrándose como un elemento más de la decoración de la estancia, lo que obliga a optar por tonalidades que armonicen ambos espacios. Los interioristas lo tienen muy claro en este sentido y apuestan por el blanco, con detalles en madera en armonía con el resto del mobiliario de la zona de salón. Se logra así color, profundidad y calidez. Pero también, y esto no es una banalidad, higiene.

Porque si hasta la fecha el top ten de las superficies en cocinas abiertas al salón era la piedra natural, cuyo símbolo por excelencia era esa encimera de granito exclusiva e irrepetible que parecía que nunca iba a pasarse de moda, hoy se impone el Solid Surface, igual de duro y resistente a la abrasión, de muy fácil limpieza y, fundamentalmente, con propiedades antimicrobianas y antibactericidas, un valor absolutamente en auge en todos los materiales de construcción y decoración.

 

Solid Surface, suave al tacto y prácticamente idéntico a la piedra natural

De aspecto prácticamente idéntico a la piedra natural y muy suave al tacto, las encimeras de Solid Surface impresionan a la vista y su acabado en blanco –el más usado entre su gama de colores– dota de pureza y neutralidad a estas superficies puramente funcionales, potenciando el poder decorativo del resto del mobiliario de las cocinas abiertas al salón y permitiendo que éste se integre con poder en el conjunto de la estancia.

De Solid Surface ya hemos hablado más veces en este blog. De hecho, sin ser conscientes vivimos rodeados de Solid Surface y nos lo encontramos allá dónde vayamos o dónde miremos. Compuesto en dos terceras partes de minerales naturales (ATH: alúmina trihidratada) y una tercera parte de resinas acrílicas y/o poliéster, es un material ecológico y medioambientalmente sostenible y cien por cien reciclable. Siendo, además el material menos poroso existente en la actualidad, es el mejor aliado dónde la higiene es imprescindible. Es resistente a las manchas, dura, dura y dura manteniendo sus propiedades estéticas como el primer día y no da nada de trabajo, al limpiarse simplemente con agua jabonosa.

Así no es de extrañar que los interioristas hayan caído rendidos a sus pies, más si cabe los especialistas en diseño y decoración de cocinas abiertas al salón.