Las ciudades son, en muchas ocasiones, una trampa mortal para las aves. Miles de pájaros mueren cada día al estrellarse contra los edificios, especialmente contra los de fachada de cristal o muro cortina, o contra aquellos que están intensamente iluminados por la noche. Los arquitectos llevan tiempo buscando soluciones de vidrio que sean más seguras y ayuden a reducir el riesgos de colisiones de aves sin tener que renunciar a la estética y funcionalidad de los muro cortina. Son lo que se denominan bird-friendly glass o muros cortina amigos de las aves.

Solo en Estados Unidos, los científicos estiman que cada año mueren entre cien y casi mil millones de pájaros al chocar contra los rascacielos del país. Son cifras aproximadas, dada la dificultad que hay para realizar estadísticas fiables. Lo que sí han confirmado los estudios es que Chicago es, con muchísima diferencia, la ciudad más peligrosa para los alados, seguida de Houston y Dallas (Nueva York es la cuarta de este siniestro ranking de ciudades peligrosas para las aves). Entre las tres ciudades juntas no llegan a sumar el número de rascacielos con fachada acristalada o muro cortina que tiene Nueva York. Pero las tres se ubican en puntos clave de las rutas migratorias que más de 250 especies cruzan dos veces al año.

Cada vez más medidas para evitar colisiones

En España no existen estadísticas y hay muy pocos estudios al respecto, pero la organización SEO/BirdLife ha llamado mucho la atención sobre el grave riesgo que suponen las infraestructuras y edificios de cristal para las aves. En verano de 2018, se hizo viral un video en el que se mostraba a decenas de pájaros muertos tras chocar contra los paneles de unas pantallas acústicas instaladas en la carretera de Ojén a Marbella. Y así es como todos los españoles nos enteramos de que las edificaciones de vidrio son la segunda amenaza más importante para las aves porque: por un lado, no son capaces de detectar los cristales como objeto sólido debido a su transparencia; por otro, porque por el alto grado de reflexión del vidrio no reconocen lo que se refleja en el mismo como real, confundiendo un puro reflejo con el cielo abierto; y finalmente porque, al emigrar la mayoría de las aves de noche y, a un tiempo, sentirse tan atraídas por la luz, acaban sobrevolando las grandes ciudades iluminadas sin ser conscientes de que la trampa mortal que ello supone.

Para eliminar esta importante amenaza para las aves, en los últimos años se han tomado importantísimas medidas que actúan en tres frentes:

  • Dimensionar el problema, es decir, estudiarlo en profundidad y darlo a conocer, una labor en la que participan desde organizaciones ecologistas, estamentos oficiales y productores de vidrio y empresas de muro cortina.
  • Adaptación de normativas en materia de construcción e, incluso, de alumbrado. Cada vez son más las ciudades del mundo que apagan sus luces durante la noche en los dos periodos de migración.
  • Establecer certificados de calidad y habitabilidad para las aves en los edificios o estándares que permitan cumplir con los valores de las certificaciones de calidad más exigentes.

Bird-friendly glass: vidrios con recubrimiento UV o patrones visibles

A ello hay que añadir, la enorme inversión que todas las empresas productoras de vidrio y muro cortina están haciendo en innovación y desarrollo de materiales bird-friendly (amigos de las aves). Por ejemplo, Arnold Glass desarrolló ORNILUX un bird-friendly glass con recubrimiento reflectante de rayos ultravioleta con diseño de tela de araña que es visible para las aves, pero permanece virtualmente transparente o invisible para el ojo humano. Guardian Glass creó Guardian Bird1st, también con recubrimiento UV, con bandas verticales que siguen la regla 2×4 (al menos 2cm de ancho separadas no más de 4cm: las aves tienden a evitar los huecos de esas dimensiones). En ambos casos, el recubrimiento soluciona principalmente el problema de las colisiones diurnas y se considera la solución más amigable con las aves cuando quiere mantenerse la transparencia del vidrio.

Otros métodos de tratamiento son todos aquellos que incorporan patrones visibles al vidrio: los vidrios grabados o mateados al ácido, los corrugados con textura u ondulaciones, los serigrafiados o los coloreados. Todos ellos permiten el paso de la luz pero, por su efecto translúcido, el ojo humano ya no ve nítidamente. El objetivo, en todos los casos, es reducir el reflejo posible al mínimo, de forma que sean apreciados por las aves. La decisión sobre cuál usar se basará, como siempre en criterios estéticos, de coste y de mantenimiento.

Por último, una curiosidad. Aunque en principio resulte sorprendente, el área de colisión de las aves no es la más alta de las edificaciones, sino más bien los pisos más bajos, donde los pájaros impactan al descender para descansar. El conocimiento de esta circunstancia permite que en los muros cortina puedan combinarse vidrios transparentes con traslúcidos, siempre bajo los patrones de diseño de arquitectos y constructores.