La XXII edición de Construmat, el Salón de la Construcción de Fira Barcelona retoma su actividad bajo el paraguas de la sostenibilidad, la industrialización y la digitalización del sector. Una cita obligatoria para descubrir las últimas soluciones en automatización y robótica de la construcción porque, efectivamente, los robots, como el Baubot de Fischer, también se cuelan en Construmat.

La automatización de la industria de la construcción es un tema fascinante. Y últimamente avanza de forma tan rápida, que resulta difícil mantenerse al día de las innovadoras soluciones robóticas que van apareciendo. Puede que para algunos hablar de robótica de la construcción aún les resulte un tanto futurista, pero no es algo novedoso. De hecho, y aunque te sorprenda, los primeros robots surgieron en la década de los 70 del siglo pasado.

Su uso empezó a masificarse a partir de los 80 en el segmento de la demolición, una labor difícil y no exenta de peligros para los operarios que la llevan a cabo. Los robots de demolición, conducidos mediante control remoto, facilitan el derribo de estructuras de manera eficiente y segura, de modo que se utilizan ya en cualquier trabajo de esta índole, al poder desmantelar edificios, puentes y otras estructuras de manera milimétrica, minimizando los riesgos para los trabajadores y reduciendo el tiempo necesario para completar la tarea.

También existen robots de albañilería, que están transformando radicalmente la forma en la que se construyen los edificios. Estos robots son capaces de colocar bloques o miles de ladrillos a la hora con precisión milimétrica, acelerando el proceso constructivo. Por último, tampoco podemos olvidarnos de los robots de inspección, que pueden examinar estructuras en busca de posibles defectos o daños. Equipados con cámaras y sensores de última generación, detectan problemas invisibles a simple vista, de modo que ingenieros y constructores pueden identificar y abordar potenciales reparaciones o situaciones peligrosas de manera inmediata.

La robótica está aportando innumerables beneficios a la construcción en materia de precisión, eficiencia y seguridad. Minimiza los riesgos asociados a ciertas tareas peligrosas, reduce errores humanos y, por supuesto, disminuye los costes de obra mejorando la productividad, dado que los robots pueden trabajar de manera continua sin fatiga, completando las tareas de manera más rápida que las personas. Además, los robots pueden trabajar en entornos más difíciles, inaccesibles o peligrosos para los humanos. Eso sí, se necesitan grandes inversión iniciales para su implementación y personal muy cualificado para su manejo, mantenimiento y reparación.

Expectación por la presentación de Baubot y Hephaestus en Construmat

Ejemplo del papel importante que desempeña la automatización en la industria, es la expectación por la presentación de dos nuevos robots en Construmat, la feria de la construcción de Barcelona (23-25 de mayo). En esta edición, que tiene como eje principal la sostenibilidad y donde se presentará una amplia oferta de materiales, herramientas, técnicas y servicios que promueven una construcción más sostenible y eficiente, se conocerán también dos proyectos de automatización únicos: el robot Baubot de Fischer y el robot Hephaestus de Tecnalia.

A Hephaestus ya le dedicamos una publicación en este blog. Con este robot se mejora la automatización de todo el proceso constructivo de instalación de fachadas de muro cortina, realizando la tarea de colocación de los anclajes, primero, y colocando las placas en su posición final, después.

Baubot, por su parte, es un robot especialmente diseñado para automatizar las tareas de perforación, atornillado y montaje de los anclajes para la colocación de materiales de revestimiento. Como cualquier otro robot, Baubot se ha desarrollado con el objetivo de mejorar la eficiencia y la precisión de esta tarea que, además de ser muy monótona y repetitiva, consume mucho tiempo. Al estar dotado de una tecnología muy avanzada, que incluye cámaras y sensores, se adapta a las diferentes situaciones del lugar del trabajo. Pero lo que más destaca de este robot, es su capacidad de movimiento autónomo, que le permite desplazarse con relativa facilidad por los espacios de una obra, gracias a unas cintas todoterreno, similares a las que usan los vehículos militares.

El brazo robótico multifunción de Baubot es el que se encarga de hacer las perforaciones precisas y de atornillar los elementos de anclaje de manera autónoma. El resto de la instalación se realiza manualmente, por lo que el Baubot destaca por su capacidad de colaboración con las personas o los trabajadores humanos, reduciendo potenciales errores y mejorando la calidad del trabajo. En definitiva, que es el mejor ejemplo de integración efectiva entre humanos y máquinas, un paso emocionante hacia la adopción de robots en el sector de la construcción que allana el camino para futuros avances en la robótica de la construcción.

Pero lo más revolucionario de un robot es verlo en acción. ¿Quieres verlo?